Sauron permanecería en la Tierra Media durante más de 16.000 años, mucho más que todos sus principales enemigos, excepto quizás Círdan
el Carpintero de Barcos y el viejo Tom Bombadil.
En un principio, Sauron era un maia al servicio de Aulë que fue corrompido por Melkor (quien posteriormente sería conocido como Morgoth) cuando los ainur aún se encontraban dando forma a Arda.

Como antes se menciona, Sauron es un ainu, uno de los maiar, contado entre el séquito de Aulë, el herrero, por lo cual tenía altos conocimientos en este campo. Pero Sauron también tenía muchos otros poderes: el poder de cambiar su forma a la que quisiera (como todos los Ainur), poder que utilizó para engañar a los Noldor más de una vez, y a los hombres de Númenor. También podía manejar los espíritus menores e invocarlos (de ahí tal vez el nombre de Nigromante o Hechicero), y también podía llamar espíritus malignos y meterlos dentro de criaturas monstruosas (de donde saca el nombre de Señor de los Licántropos; él mismo se transformó una vez en un lobo terrible). Podía crear ilusiones en las personas de mente débil. Tolkien especifica que entre individuos de una misma razas de ainur hay diferencias de rangos. Sauron fue uno de los primeros espíritus en entrar en Arda y uno de los que ostentaba mayor poder. Sauron en su mayor cantidad de poder era capaz de modificar la realidad y la naturaleza (hecho comprobable en la creación de Mordor, las Montañas de la Sombra y Ceniza y el mismo Monte del Destino fueron levantados por Sauron). En
El Señor de los Anillos se desprende que los istari temían a Sauron, tanto, que Gandalf casi no lo nombraba por su nombre y temía que él pudiera desvelar su presencia.
Desde que es corrompido, Sauron se convierte en el más temido de los servidores de Morgoth Bauglir. Sabemos sin embargo por los escritos del autor que Sauron temía profundamente a Melian la Maia, esposa de Thingol, y nunca se atrevió a desafiarla.
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